Ocaso
por José Ochoa Díaz
OCASO de Maigualida Pérez
…algunas palabras
Cuando la soledad nos asalta, vienen a la memoria los recuerdos, la añoranza y aquel cúmulo de imágenes que van configurando y a la vez desdibujando sensaciones como el miedo, la angustia, la duda, la desesperanza y la incertidumbre. Sensaciones que algunas veces pueden tornarse en sentimientos de amor, querencia o apego a objetos, personas y lugares. En Ocaso de Maigualida Pérez nos encontramos con parte de esas vivencias, que de uno u otro modo afectan el sentir de la poeta en tanto ser humano que es, pero que también circundan el espacio donde se desarrolla el hecho poético. De allí que el tiempo juegue un rol preponderante en la medida que la memoria recurra a las imágenes y símbolos para mostrarnos la carga poética en cada uno de los textos.
Además, la realidad se pierde por instantes en el espacio de lo onírico, pues, dentro de los sueños también los deseos tienden a manifestarse en profundidad. Cada estación representa un sendero añorado o recorrido signado por el deseo, la evocación o lo no realizado, materializado o simplemente soslayado. Sin embargo, ese hecho inconcluso tiene que ver más allá del amor erótico, ya que la tierra en su esencia, la naturaleza como tal y el afecto hacia lo humano como responsabilidad con la existencia misma, están presentes en cada acto.
Ocaso es un viaje hacia la interioridad, hacia lo sublime de la poeta, pero es a la vez un reencuentro con los demás, con las ideas y sueños idos, con la esperanza que va entretejiendo puentes que abracen la vida más allá del silencio, de los sueños, de la palabra trasmutada en poesía.
Mérida, octubre 2021
(F)